Motorland Aragón, de Alcañíz al cielo.

En Motorland Aragón veremos enseñar más rueda que teta a Lucía Lapiedra y más lucha que por una entrada de Bisbal en una asociación de amas de casa.

Un Gran Premio de Aragón y no es de jotas, habrá que verlo.

Como escaparate mundial resulta mejor que montar un Belén, aunque puestos... de portal Alcañíz, para ángel: Nieto, como no. Overbooking en el papel de mesías al que adorar: Lorenzo, Pedrosa, Márquez, Terol..., seguro que cualquiera se deja arropar por la bandera a cuadros. Como figura paterna el equipo, siempre dando la brasa pero los más orgullosos de lo conseguido, y el que encuentre a la virgen ¡que avise!, me da que de esas del paraguas en la parrilla no será.

De pastorcillos haciendo la ola estarán los miles de moteros, llevan alforjas y van a dar chifletazos para dejarnos sordos hasta en Huesca. El rebaño de motos amansado en el parking, que como vayan todos al descarte a ver cual es la suya, una vez terminada la fiesta, no salen hasta que vuelva El Almendro (por Navidad). Escondido, esperando el despiste para obsequiarnos con un truño el cagané, igual que la Guardia Civil. Los regalos no los traen los Reyes, aquí son Repsol Honda, Yamaha Factory, Rizla Suzuki, Mapfre Aspar... menos de Fato Regaderas de lo que quieras. Sólo faltan los villancicos, pero como los de la SGAE siempre están al acecho y el personal de la noche anterior ira fino, para no liarla parda se quedan para otro año.

Fascinante el mundo de las motos: las máquinas, la gente, la competición, el ambiente. En Motorland se armará el Belén y de Alcañíz... al cielo.