Reflexiones laurentinas.

Lo de asistir al chupinazo y mantenerse de blanco y verde es misión para Chuck Norris, Schwarzenegger y Stallone juntos, yo me doy por vencido.

En las ocasiones en que la fiesta se ha acercado al centro los oscenses hemos respondido y espero que las cosas vayan por ahí en el futuro. En Huesca ir de punta a punta ya empieza a ser algo más que un paseico, menos mal que de puntos de avituallamiento estamos bien servidos.

En las peñas que haya paz, con lo majo que es ver todas las carpas llenas de gente que va de oca a oca y no se los tocan, para que luego se peleen en los despachos. A ver si se pueden apañar entre todas para darle un empujón conjunto a la ciudad que siempre se ha dicho que cuantos más seamos más reiremos.

Para los de Toros del Ebro que espabilen, si tiene que sufrir algún animal que sufran ellos, que un negocio es un negocio y el Ayuntamiento no tiene que sacarles las castañas del fuego si pierden dinero, que a mí no me las sacan. Luego encima se quejan de los de sol, si lo de acuchillar al pobre animal se lo podían ahorrar, si lo que gusta es merendar de cojón y ponerse tierno, que si pusiesen una carrera de caracoles (y una pantalla gigante pa verlos claro) igual iban a estar ahí, seguro que les salía más barato y no sufría ningún bicho.

Para terminar elogiar la labor de las brigadas de limpieza que se lo han ganado, aunque seguro hubiesen ganado más yendo al peso (como los albañiles a metros), anda que no se ha tirado porquería estos días.

Las fiestas de San Lorenzo han terminado. Los más afortunados estarán de vacaciones y el resto a seguir con la rutina. El año que viene más.