El fenómeno que arrasa entre los más pequeños también arrasa entre los más grandes, arrasa en sus bolsillos quiero decir. Entre 25 y 30 euros la entrada a Cantajuegos, dependiendo dónde se compre. Si hacemos cuentas de una familia con papi, mami y dos churumbeles la historia no baja de los 100 euros, además compra el DVD (si no lo tienes ya) y alguna camiseta, gorra o vete tu a saber qué de recuerdo (suma y sigue). Esto se empieza a poner feo y nos pegan dónde más nos duele. En el dinero no mal pensados, en los críos. ¿Cómo vas a negarles algo a esas criaturitas cuando te miran como el gatito de Shreck?
Como dicen Cantajuegos la filosofía de este grupo no es solo entretener, sino a la vez potenciar el desarrollo psicomotriz, la memoria, la imaginación, la fantasía y la autoestima de los niños menores de seis años. Esto es cojonudo pero digo yo que no será la única oportunidad ni manera de hacerlo en Huesca para San Lorenzo. Una enésima revisión de los clásicos infantiles "apadrinada" por la multinacional Sony y todo su merchandising correspondiente por mi parte tendrá que esperar.
Un plan B sería llevarlos a las vaquillas para que desarrollen su psicomotricidad haciendo la ola, almorzar de cojón para que se imaginen lo buena que será la comida, dejar volar su fantasía en el parque Miguel Servet con el Festival Animahu o el parque infantil "El Circo" y llevarlos a las ferias para que en la primera vuelta memoricen dónde se quieren montar en la segunda. Si por la noche no caen rendidos del entretenimiento yo por lo menos tendré la autoestima bien alta por haberles hecho pasar un día inolvidable y no sólo 90 minutos.
A las vakillas no les lleves, además de psicomotricidad aprenderán cosas mucho peores como ke el maltrato a un animal es divertido.
ResponderEliminarDesde el cariño. Salud.
A la mierda las plays, las consolas, la tv, el ordenador y todas esas cosas: pelotas, bicicletas, cuerdas para saltar, muñecos, juguetes de construcción...y calle y parque, mucha calle y parque.
ResponderEliminarNo pasa nada. Ya no quedan entradas. Podremos disfrutar sin ellos y con la cabeza bien alta, mas cuando nos pregunten nuestros hijos les diremos: "Se acabaron en dos horas".
ResponderEliminarSólo nos ha dado tiempo de pensar en dos excusas para no ir, de caro que era y ya no se puede. ¡Viva la crisis!, para algunos.
PAZO.
Siempre queda el recurso de contratar a un chino. No hay más que ver los vídeos de los críos chinos que están, al final del día, tan muertos que caen de morros en el plato de la cena.
ResponderEliminarQuercus... a su edad se ríen más de los tortazos y revolcones de los chavales y están más pendientes de la ola y la música de la charanga que no de las vaquillas pero buen consejo para inculcarles ya desde críos.
ResponderEliminarEspartaco... di que sí, los padres salimos "escojonaus" pero los críos salen más espabilados.
Pazo... da igual la excusa que pongas, si les hacía ilusión ya te puedes preparar.
Hemithecomix... pues chiquer, para mi que aquí llevan duracell, tienen pilas para rato. El que acaba muerto soy yo.