Píldora anticrisis.

Menudas fiestas hemos pasado éste fin de semana en el pueblo y es que de vez en cuando un poco de fiesta para desconectar debía estar recomendado hasta por prescripción médica. Puestos a elegir mejor píldora que supositorio y más si la dosis es de las gordas. Con ésta el mundo se ha parado, por un fin de semana ni ha habido crisis ni políticos y nos hemos hecho un homenaje. Que menos que un poco de culto al cuerpo, al cuerpo serrano me refiero.

Bien de lifaras: comidas, almuerzos, cenas, vermú, lo que haga falta. Con el fresquillo que se ha puesto estos días la excusa perfecta para encender el hogar y ponernos tiernos de choricicos, longaniza, panceta, costillas de cordero y tostadas con ajo.

Bien de música y bailoteos: orquestas y charanga a todo trapo. Si lo hacen bien mejor y si no con cuatros tragos hasta un cuesco suena a coro de ángeles.

Bien de risas y cachondeo: buenos ratos y anécdotas para descojonarse hasta el año que viene. Mención especial para el foráneo de turno que ha sido todo un crack, para nombrarlo hijo predilecto, que gracia tenía el jodio.

Bien de tragos: buenos vinos, cerveza y alcoholes violentos para los más valientes. Repaso de casas y bodegas del lugar con la charanga que siempre se queda corto no por ganas.

Para el lunes vuelta a la vida real pero que nos quiten lo bailao.